Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa
Bosquejo Histórico
Por P. Juan Ángel López,
Arquidiócesis de Tegucigalpa
alumno del SMNSS(1990-1995)
Licenciado en Historia Eclesiástica en
la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma, 2002)
Doctorando en Historia Eclesiástica en
la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma)
Por P. Juan Ángel López,
Arquidiócesis de Tegucigalpa
alumno del SMNSS(1990-1995)
Licenciado en Historia Eclesiástica en
la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma, 2002)
Doctorando en Historia Eclesiástica en
la Pontificia Universidad Gregoriana (Roma)
La historia de la Iglesia en
Honduras es, de suyo, sumamente compleja y eso se refleja, de manera
particular, en la configuración, tan difícil, de un clero nativo o de un clero
diocesano.
No podemos negar que el mayor
peso de la evangelización de nuestra patria recayó primaria y fundamentalmente
sobre los hombros de los religiosos, concretamente los franciscanos y los mercedarios.Desde los primeros pasos de la presencia evangelizadora
en el país, pero sobre todo con la llegada del primer obispo al país, una preocupación constante ha sido la de
responder a las necesidades pastorales de la región, gobernación, Intendencia o
República.
Los sacerdotes siempre fueron escasos y actualmente, el panorama no es muy
diverso. Los primeros diocesanos, en todo el sentido de la palabra, fueron
aquellos 4 clérigos provenientes de
España que acompañaron al primer obispo
en Honduras, don Cristóbal de Pedraza. A estos se les sumaron otros 4 más,
“reclutados” en la Isla de la Española (Santo Domingo). Al llegar a Honduras se encuentra con 7 sacerdotes que en
nuestro país ya realizaban alguna labor espiritual, aunque tenían más de
aventureros que de sacerdotes. Entre ellos cabe destacar al P. Juan Habela que
será amplia mente citado en las crónicas de la época y que prestaba su servicio
en el puerto de Trujillo.
Todo esto ocurría en 1545. Pero apenas 5 años después, tan sólo
quedan 7 sacerdotes y apena 3 frailes mercedarios. Todo esto debido a la incapacidad
de los poblados para sostener a los sacerdotes, lo que obliga a algunos de
ellos a dejar la misión.Con la llegada definitiva de los mercedarios en 1550 y de
los franciscanos en 1572, la Iglesia hondureña se inclinará por más de un siglo
a privilegiar la obra de los religiosos.Con todo, tanto Jerónimo de Corella como Alonso de la Cerda
(Segundo y tercer obispo de Honduras) se preocuparán por fomentar una formación mínima, con una cátedra de
gramática, con la intención de que esta se tornase con el paso del tiempo en el
primer seminario del país: el Colegio Tridentino. El mayor peso de la evangelización de nuestra patria
recayó primaria y fundamentalmente sobre los hombros de los religiosos,
concretamente los franciscanos y los mercedarios.
Colegio Tridentino en Comayagua, Honduras
Ya para finales del S. XVI hay testimonios de vocaciones
surgidas entre los criollos (hijos de españoles nacidos en América) aunque sus
rudimentos académicos los adquieren en aquella
“escuelita” episcopal. Tienen que salir hacia Guatemala a concluir sus estudios por lo que una
buena cantidad de ellos se quedará fuera y no retornará al país. Juan Modesto Merlo de la Fuente, ya en 1660, proyecta establecer un Seminario.
“escuelita” episcopal. Tienen que salir hacia Guatemala a concluir sus estudios por lo que una
buena cantidad de ellos se quedará fuera y no retornará al país. Juan Modesto Merlo de la Fuente, ya en 1660, proyecta establecer un Seminario.
Frente a esta dificultad reaccionará el primer obispo
diocesano de origen medio indígena: Juan Modesto Merlo de la Fuente quien, para
1660, proyecta establecer un Seminario. No verá la luz este Seminario bajo los
ojos de Merlo de la Fuente sino de Alonso Vargas y Abarca que lo fundará en
octubre de 1679. En 1826 se cerró el Seminario por falta de personal y sobre
todo por la ausencia de un obispo que dirigiese el destino de la Diócesis, en
general.
Mons. Manuel Velez intentó reabrir el Seminario en
Comayagua; luego ideó el proyecto de una casa de Formación en Siguatepeque,
pero la situación del país no permitía que se sostuviese de manera
independiente; y el hecho de necesitar del apoyo del gobierno, obstaculizaba
grande-
mente su mera existencia. En 1905 Mons. José Martínez y Cabañas lo abre nuevamente y
dos años más tarde el Seminario es trasladado a Tegucigalpa, por la situación
de inseguridad que se vivía en Comayagua.
Para 1909, llegan los primeros padres Lazaristas, y ellos
asumirán la dirección del Seminario, de tal manera que hasta 1933 el Seminario
cambia de nombre: “Seminario San Vicente”. En 1933 Mons. Hombach, segundo
arzobispo de Tegucigalpa y antiguo Rector del Seminario, construyó el Seminario
en el sector de Casamata con el nombre de “Seminario San José”. Por escasez de
fondos, de personal y por recomendación de la Santa Sede, el edificio en sí
mismo, albergaba el Seminario Mayor y el Seminario Menor.
En 1933 Mons. Hombach, segundo arzobispo de Tegucigalpa y antiguo Rector del Seminario, construyó el Seminario en el sector de Casamata con el nombre de “Seminario San José”
Los Padres Lazaristas dejarán la dirección del Seminario
prácticamente a la muerte de Mons. Hombach, por lo que en Marzo de 1945, los
Padres Salesianos asumen la dirección del Seminario a petición del obispo
auxiliar y futuro Arzobispo, Mons. José de la Cruz Turcios Barahona. Pero,
lamentablemente el Seminario sólo podía servirlos primeros años de la formación
sacerdotal, y no será sino hasta 1950, cuando el Seminario comienza con un plan
de estudio de tres años.
Para el 16 de abril de 1953, la Conferencia Episcopal de
Honduras erige oficialmente el Seminario “San José” como Seminario Nacional de
Honduras, bajo el impulso y el requerimiento directo dela Santa Sede que le
reconoce ese mismo año.
Padres Javerianos Celebrando sus 50 anos de presencia evangelizadora en el sur de nuestro país
El
Seminario funcionaba con mucha dificultad es por eso que la Conferencia
Episcopal consideró encomendarlo a sacerdotes venidos del Canadá que desde 1955
se encuentran presentes sobre todo en el sur de Honduras

De tal manera que para el segundo semestre de 1962 nace el
Seminario Mayor, con un nuevo nombre: “Nuestra Señora de Suyapa” y con carácter
interdiocesano. En Junio de 1966, los Padres de las Misiones Extranjeras de
Quebec ( Javerianos), contando siempre con el auxilio de algún sacerdote hondureño,
asumen la responsabilidad de guiar la formación de los futuros sacerdotes en
Honduras, hasta 1996. En 1997 la
Conferencia Episcopal de Honduras confía la dirección del Seminario Mayor a la
Provincia Colombiana de los Padres Eudistas;
y en manos de dicho Instituto permanece hasta el presente.
Tomado de la revista:
Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa 50 años formando sacerdotes según el
corazón de Dios
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